Dentro de nuestra estructura orgánica como Estado, una Ley queda por encima de cualquier Ordenanza Municipal así que si alguna vez el Estado decidiera modificar una zona que involucre un APM podría hacerlo sin ningún inconveniente* porque se encuentra dentro de sus competencias, y porque dentro de la normativa nacional dicha área no se encuentra amparada: no legalmente. Sin embargo, vemos que aún bajo esa figura de la legalidad no todo está por sentado; ¿qué pasa cuando una comuna, más allá de alguna Ordenanza Municipal, siente dicha APM como propia?
Mientras no sea “legalmente” reconocida un APM por el Estado, el Gobierno Regional puede jugar un papel neurálgico aquí y es que sí existen Áreas Protegidas Regionales (APRs); por lo que sí el municipio es inteligente y trata con el gobierno regional al que pertenece podría lograr que un APM sea tramitado como un APR, por lo cual no necesariamente perdería su administración, pero fortalecería la legitimidad de dicha área con la legalidad.
1 comentarios:
Muchas de estas áreas protegidas han sido establecidas por voluntad de la propia autoridad y población local en busca de conservar cabeceras de cuenca para garantizar los servicios de agua, como oportunidad de turismo y recreación, para protección y conservación de biodiversidad etc. Aunque también hay que decir que algunas veces han sido utilizados como plataformas políticas para hacer frente a la inversión privada muchas veces sin un real sustento técnico.
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